Poco a poco, la Guerra fría se fue decantando del lado del
capitalismo, que presumía de sistema democrático, en contraposición a la
dictadura del sistema comunista, pero no era oro todo lo que relucía, el
consumismo y la propaganda, no podían ocultar el desigual reparto de la riqueza
y la marginación de las clases bajas, a favor del enriquecimiento de un puñado
de burgueses. Nuestros grupos no han olvidado estos desequilibrios, reflejados
en un montón de canciones, como por ejemplo la canción “Miseria frente a miseria” de Fe
de Ratas, que nos enseña como nos aplasta esa rueda, llamada capitalismo,
que gira y gira, produciendo la miseria para las clases bajas.
La guerra fría continuaba su curso y las dos potencias se
embarcaron en una guerra estratégica, donde el papel del espionaje jugo un
papel esencial, en este aspecto también podemos dar algún ejemplo, como el
referente al grupo Kante Pinreliko,
con su canción “el último espia”.
Mientras tanto, la batalla se jugaba, como dijimos en países
secundarias, a veces estallaban revoluciones comunistas apoyadas por la URSS y
atacadas por EEUU para restablecer un orden, ya fuera Democrático o
dictatorial, la canción de Inadaptats (“Tio
Sam”) lo cuenta muy bien.
Así el ejército americano se llevo algún que otro varapalo,
en conflictos que a priori, parecían resultar cómodos, pero que se tornarían en
derrotas humillantes, así ocurrió en la Guerra de Corea o en la más famosa
derrota Norteamericana: Vietnam. Tampoco el mundo de la música se ha olvidado
de éstos acontecimientos, Guerrillas oi!,
lo trata a las mil maravillas en su canción “Larga Vida al Vietcom”.
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