viernes, 30 de enero de 2015

CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN

La diferencia fundamental de la disciplina histórica con otras ciencias, ya sean Ideográficas o Nomotéticas, no responde a la verificación científica de sus postulados, pues bien claro es, que al ser una ciencia que estudia el pasado, basándose en fuentes de información (escritura, arqueología , documentos de otra naturaleza…), difícilmente puede llegar a la verificación, estableciendo una lucha constante contra la subjetividad de sus vestigios. Esta diferencia, emana sobre todo en su naturaleza eminentemente  orgánica, pues hablando de un periodo pasado, siempre podremos encontrar un dato, que nos haga cambiar nuestra visión de esa historia, modificándola según las circunstancias. Podemos, modificar éstas utilizando la más coherente objetividad, o podremos modificarla a nuestro antojo, según intereses políticos, sociales…
Pero donde más se manifiesta la historia, como un organismo vivo, es en nuestro presente, pues cada acto que acometemos con inconsciencia, pasa a ser un evento histórico dentro de un contexto sociocultural  naciente, que puede tener repercusión en un futuro, según las condiciones a las que llegue nuestro testimonio a la posteridad.
Por tanto, si estudiamos la época Prehistórica podremos sacar conclusiones acerca de un bifaz, estudiando el Imperio Romano podremos deducir el significado de la Columna Trajana, una portada Románica como respuesta al arte feudal, una catedral gótica o renacentista para explicar el resurgir del mundo urbano, o una serie de textos, tratados o documentos gráficos para explicar acontecimientos contemporáneos.  Como vemos fuentes históricas de muy diversa índole, según la época estudiada, mucho más variados y numerosos según nos acercamos al presente.
En la actualidad, existen infinidad de fuentes para estudiar nuestra sociedad, un enorme abanico de instrumentos, con los que historiadores futuros, podrán marcar las pautas básicas con las que se rige nuestra sociedad. Sería interesante hacer una lista exhaustiva de todos ellos, pero en este artículo quiero centrarme en la música, y más concretamente en la música alternativa, como fuente viva de una historia reciente.
Para ello, igual que de un comentario de texto se tratara, podemos ejercer primero su lectura y entendimiento, clasificar el contenido del mismo, realizar un análisis, y por último, su comentario. A primera vista, puede parecer una teoría quijotesca, pero si se lleva a cabo de forma explicita, se observara su semejanza con cualquier texto que ilustre un acontecimiento histórico.




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